MARGARITA

Las margaritas son plantas que aman los climas templados, de hecho la temperatura ideal para su reproducción ronda los 15 °. Es una planta que le tiene mucho miedo a las bajas temperaturas y a las fuertes lluvias por la delicadeza de sus pequeñas flores, de hecho es bueno no mantener nunca la margarita a temperaturas por debajo de los 10 °. Las margaritas arbustivas son las más rústicas: pueden soportar hasta 5 ° C.

Ahí Verbena no tiene detalles necesidades de la tierra, solo recuerda que tiene que ser bien drenado y libre de estancamiento. Un suelo rico en materia orgánica y ligero favorecerá su crecimiento.

Las margaritas son muy queridas por su sencillez y además de ser hermosas también son muy útiles de hecho atraen abejas y mariposas y son perfectas para crear parterres y macetas.

La margarita es una hierba perenne y es parte de la familia Asteraceae del género Leucanthemum. Produce las típicas inflorescencias de las asteráceas formadas por pequeñas flores con un centro carnoso.

CUIDADO

El cultivo de la margarita es muy sencillo respetando unas sencillas reglas tendrás mucha satisfacción de esta planta.

Elija un área muy soleada para su planta Daisy, necesita mucha luz. Todas las margaritas necesitan abundante riego durante la temporada de crecimiento y cuando comienza a hacer calor. Mantenga el sustrato húmedo pero evite el estancamiento del agua. Recuerda mantenerlos alejados de las fuertes lluvias que arruinarían irreparablemente sus flores. Las plantas de margarita deben ser fertilizadas durante todo su período vegetativo el cual puede variar dependiendo de la ubicación de la planta, de hecho si la margarita se mantiene en un espacio abierto su fase reproductiva se limitará a primavera y verano, mientras que si se mantiene en interiores con temperaturas que no bajen de los 14 ° se puede disfrutar de sus floraciones durante todo el año. La fertilización de esta planta debe realizarse durante todo su período vegetativo añadiendo fertilizante al agua que se utilizará para regarla.

CORAZÓN

Su nombre científico deriva del griego, leucanthemum e, que significa "blanco y flor" en referencia al color de la flor.