Planta de tomate ovalada...
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Planta de tomate ovalada Oskar di San Marzano

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Planta de Tomate Oskar Ovalada en maceta San Marzano

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El tomate Ovale di San Marzano Oskar F1 se encuentra entre las variedades más populares.

Entre las variedades más populares de San Marzano para cultivo en invernadero y campo abierto. Tiene una planta vigorosa y de alta productividad. Bayas firmes y llenas, más de 130 g tolerantes a las rajaduras. Buen sabor y vida útil de la fruta, para uso en ensaladas y salsas. Resiste nematodos y patologías comunes del suelo. Riegue constantemente desde la etapa de crecimiento de la fruta, sin estancamiento.

CÓMO CRECER MEJOR

EXPOSICIÓN: Los tomates necesitan una exposición total al sol. En verano, en las horas de más calor, gusta de una ligera sombra, a partir de mediados de junio.

TEMPERATURA: El tomate tiene temperaturas ideales de crecimiento entre 20-24°. Entre 18-27° son las mejores condiciones para el cuajado, que es difícil por debajo de 10° y por encima de 35° (especialmente para variedades viejas y bayas grandes). Con menos de 13° en floración, los frutos pueden deformarse y cicatrizarse. Con temperaturas superiores a 30° durante la maduración, el hombro de los frutos de las variedades sensibles permanece amarillo o verde, mientras que por debajo de 10° las bayas no adquieren el color típico cuando maduran. La planta puede sufrir daños por frío entre 0-6° y morir entre 0/ -2°, por lo que es imprescindible protegerla con nylon o tnt en los primeros trasplantes.

SUELO: El tomate se adapta a cualquier tipo de suelo, prefiriendo los de textura media, fértiles y bien drenados. Le gusta el pH preferentemente entre 6-7. Se recomienda una labranza profunda (30-40 cm) al preparar el suelo. A pesar de ser una especie muy rústica, capaz de ofrecer a menudo buenos resultados, incluso si se cultiva durante varias temporadas en el mismo suelo, es preferible esperar 3 años antes de trasplantar los tomates al suelo donde ya se han cultivado anteriormente. Es útil utilizar las plantas injertadas, si no se puede respetar el tiempo de rotación correcto.

TRASPLANTE: Distancias: la sexta recomendada es de 40-50 cm en las hileras y 100 cm entre hileras. Para las variedades de salsa, el espacio entre hileras se puede reducir a 30 cm.

Época: la siembra va de marzo (con nylon) a agosto. De mediados de abril a mayo es el período más propicio para el trasplante en los llanos, junio en las altas colinas y montañas.

Trasplantes escalonados: trasplantar tomate no en un único momento, sino en diferentes periodos (con trasplantes mensuales, cada 40-50 días, de abril a julio) es la estrategia más eficaz para reducir los riesgos por patógenos y estrés climático y obtener más tiempo con el tiempo, hasta finales de otoño.

Protección: en trasplantes tempranos de primavera, las plántulas deben protegerse con nailon (para airearse en días soleados); en los siguientes trasplantes, de abril a agosto, se aprovecha el TNT blanco, para ser retirado a las 1-2 semanas.

FERTILIZACIÓN: La nutrición equilibrada distribuida en el tiempo permite la máxima producción del cultivo de tomate. Además de nitrógeno, fósforo y potasio, los tomates necesitan grandes cantidades de calcio y magnesio.

Fertilización básica: 2-3 semanas antes del trasplante, añadir una cantidad abundante de materia orgánica (si no se ha repartido en otoño): estiércol maduro (o estiércol) y un abono NPK (p. ej. 2-1-2), a mezclar con la tierra en el hoyo, en los primeros 20-30 cm.

top dressing: después de la fertilización inicial, se podrá intervenir cada 3 semanas con fertilizante mineral NPK (N:P:K 1:3:1 hasta la floración, N:P:K 1:1:3 desde el engorde hasta la madurez) , o alternando excrementos de pollo, vinaza y agrogel. Cantidades exageradas de nitrógeno (o estiércol), especialmente en las variedades más vigorosas, pueden provocar un desarrollo excesivo de la vegetación en detrimento de los frutos.

fertilización de emergencia: es fundamental si el crecimiento de las plantas se detiene en las primeras etapas, debido al estrés ambiental o escasez. Se puede hacer con fertilizantes de efecto rápido o regando con estiércol remojado en agua (o estiércol remojado), semanalmente, hasta que las plantas se reinician.

RIEGO: El tomate es capaz de sobrevivir con suministros de agua limitados, pero la falta crónica de agua da lugar a plantas atrofiadas, con una producción muy inferior al potencial real de la variedad. En primavera, los tomates se riegan normalmente 2-3 veces por semana: la frecuencia y la cantidad varían según las características del suelo, el estado de desarrollo de las plantas y la tendencia climática.

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