El mes de septiembre es como un puente, un pasaje suave que lleva del caluroso verano al más fresco otoño.

Un momento muy importante para la naturaleza y para la vida de las plantas y también para la tuya, cuando estás a punto de afrontar un nuevo camino, el inicio de un nuevo ciclo. En septiembre, los colores pasan de saturados y brillantes a suaves acuarelas que pintan jardines y balcones.

En este mes mágico donde la luz comienza a desvanecerse y todo es dulce, se produce una dulce reanudación del ciclo de vida cotidiano alejado de los excesos estivales.

Prestando atención, en los campos que delimitan las ciudades podrás ver unos hermosos mechones amarillos o blancos, los Settembrini, parecidos a grandes margaritas, te acompañarán hasta las puertas del otoño.

Forman parte de la familia Aster, plantas herbáceas perennes. Les encantan los ambientes luminosos y soleados y viven bien si se plantan en suelos blandos ricos en material orgánico.

A menudo se venden en frascos pequeños y para que la planta crezca de la mejor manera, es bueno colocar un estado de grava y posteriormente algún material orgánico antes de la implantación.

Aster ama las temperaturas otoñales, que estimulan la floración. Con las heladas, se va a descansar, su ambiente ideal es en el balcón o en el jardín.

Además, los Settembrini son preciosos para la protección de la biodiversidad urbana, de hecho sus flores son muy apreciadas por las abejas, por lo que son una fuente nutricional antes de descansar en la temporada de invierno.

La coloración de las flores con tonalidades de azul o morado con un centro amarillo también es muy popular entre las mariposas, si quieres ver sus vuelos en tu balcón o en el jardín, cultiva también estas hermosas flores en macetas.

¡Feliz Septiembre!